La filosofía en el Jeet Kune Do tiene un vivo reflejo del carácter y la personalidad vitalista y pragmática de su fundador.
Su origen oriental le llevo a conocer los grandes clásicos de esta milenaria cultura, a la vez que su pasión por la filosofía contribuyo de manera inequívoca, a que su arte estuviera influenciado por ideas y conceptos filosóficos tanto de Oriente, como de un gran número de pensadores occidentales.
Confucio, Lao- Tse, Chuang- Tse, Miyamoto Musahi, Susuki, Hegel, Spinoza, Carl Rogers, Fritz Perls, Krishnamurti y un largo etcétera, conforman las fuentes de las influencias que Bruce Lee absorbió de estos pensadores, adaptando las partes esenciales y transformando otras, para el núcleo de la filosofía que está presente en el arte del Jeet Kune Do.
Como resultado de este crisol filosófico nos encontramos con un arte marcial donde la individualidad y la autoexpresión de ésta a través del propio practicante de Jeet Kune Do, se convierte en su principal elemento diferenciador, en comparación a otras artes marciales clásicas basadas en la imitación, la tradición y las normas con patrones fijos, que impiden al practicante expresarse a través de las mismas, y en las cuales el sistema es más importante que el propio individuo.
Conceptos Taoístas como la fluidez del agua, su adaptabilidad a los diferentes momentos y situaciones cambiantes, así como algunos principios basados en el Zen, liberan la mente del practicante hasta un nivel superior.
Donde no está presente como obstáculo para interferir en la acción espontánea con discusiones subjetivas sobre la pérdida o la ganancia, lo adecuado o inadecuado. En la acción no hay un lugar para el pensamiento, de ser así, esta quedaría atada al mismo, y se convertiría en esclava de una respuesta condicionada.